Había una vez en un pueblo
llamado Información, una familia didáctica la cual se encargaba de trasmitir
valores al pueblo peruano mediante la televisión, generando en los niños
actitudes positivas.
Pero también había otros
programas trasmitidos por el señor Violencia que solo generaban en los niños
malas conductas.
El programa de la familia
Valores marchaba bien, hasta que un día el productor decidió cancelarlo y
apostar por los programas del señor Violencia.
Desde ese día solo se
trasmitía programas inadecuados para los niños del Perú, generando
comportamientos no agradables para su edad.
La creatividad se había
perdido, los niños solo deseaban mirar televisión agresiva y sin creatividad o
practica de valores.
Todo era un caos, no había
futuro para esos pobres niños peruanos.
Entonces una tarde en su
sala, la familia valores se encontraban en un gran debate para poder recuperar
su programa.
De un momento a otro,
observaron que la televisión se movía.
Y cuando se paró el padre
de la familia, la televisión instantáneamente se apagó, dejando un mensaje en
su pantalla: Tócame, tengo un mensaje para ti.
Él fue a tocarla y de
pronto la televisión llamada Transmisión Positiva, abrió sus ojos.
Todos los integrantes de la
familia se sorprendieron al ver que la televisión hablaba.
La televisión les contó
que estaba muy triste, porque era muy feliz cuando la familia transmitía
valores a todos los niños peruanos.
Ahora se sentía mal porque solo transmitía en
la televisión programas por rating y llenos de agresividad, sin generar algún
valor positivo en los niños.
La televisión tenía en sus
manos un polvo mágico, el cual deberían echar sobre la cabeza del productor de
televisión, para que él se dé cuenta de su error y apueste nuevamente por los
Valores.
Entonces la familia acepto
esa misión, fueron a hablar con el productor llamado Tercón, pero el haciendo
honor de su nombre, se negaba, hasta que, en un descuido el niño menor de la
familia logro echarle el polvo mágico sobre su cabeza.
El Productor Tercón se
envolvió en un sueño muy profundo y al despertar se dio cuenta de su error.
Pidió disculpas a la
familia Valores y prometió que desde ese día solamente trasmitiría cosas
positivas a los niños peruanos, con programas educativos y con cero violencias.
Desde ese día los niños
presentaban mejores conductas, los programas hicieron que la violencia se
borrará de sus mentes.
La familia Valores y la televisión Transmisión
Positiva, vivieron felices para siempre, trasmitiendo programas muy educativos
y con mensajes positivos para todos los niños y niñas del Perú.
fin.
Escrito por: Lic. Eduardo Mires Asmat.
(Docente de Educación
Primaria).
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